14.12.11

El observador

Había hecho un esfuerzo brutal para levantar aquella ciudad y traer a gente y, cuando pensaba que estaba todo listo, se retiró a descansar. Al despertar descubrió con horror y tristeza que no quedaba nada en pie. Ni siquiera había cadáveres. Simplemente había desaparecido todo y todos. Sin embargo, no perdía la esperanza. Cada día miraba por su telescopio y escuchaba por el audífono en busca de señales que indicaran que aún quedaba vida en aquel lugar.

Quizá alguien debería decirle que la ciudad se había mudado al valle de al lado.


Texto: Pepe Fuertes (@pepefuertes)
Ilustración: Teresa Cebrián (@cebrianstudio

Más cuentos en: www.senorocre.com

No hay comentarios: