Cuentan los viejos que existía un castillo en lo más alto de una
montaña. Dicen que era hermoso, majestuoso e impenetrable, pero que el
tiempo y el olvido derribaron sus muros, dejando sólo ruinas cubiertas
por la vegetación. Según la leyenda el enorme foso que lo rodeaba estaba
lleno de agua y habitado por reptiles que trajeron desde los rincones
más inhóspitos del mundo. Su objetivo, ahuyentar a los indeseables. Pero
cuando el agua empezó a escasear y el frío a aumentar, tuvieron que
cambiar, adaptarse y evolucionar hasta lo que hoy conocemos como
cocodrilos de monte.
Texto: Pepe Fuertes (@pepefuertes)
Ilustración: Teresa Cebrián (@cebrianstudio)
Dedicado a Javi y David que siempre les toca esperarnos por los cuentos ilustrados.
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