17.12.11

Mudanza

Al principio miraban las cajas sin comprender lo que estaba ocurriendo. Sin embargo, poco a poco, la verdad se hizo evidente. Después de tantos años juntos, se iban. Habían vaciado cajones, embalado cables, papeles y libros y ya sólo quedaban los muebles. Entonces llegaron unos señores muy grandes con grandes manos y también se llevaron las mesas, las sillas y las estanterías, dejándolo todo vacío. Por primera vez en mucho tiempo, pudieron ver el techo y las paredes. Todo era un poco menos blanco que la única vez que lo habían visto. 

Durante un tiempo disfrutaron de la soledad y el silencio, después lo soportaron y al final, empezaron a aburrirse de tanta tranquilidad. Se dieron cuenta de que echaban de menos los pasos, las voces y, por supuesto, las corrientes de aire que las mecían cuando alguien abría una ventana. Nadie había abierto las ventanas desde que se habían ido. Estaba todo demasiado quieto.

Entonces, una mañana, oyeron la puerta abrirse. Una persona paseó por allí mientras hablaba por teléfono y abrió las ventanas. A continuación sacó una escoba, las barrió y las metió en una bolsa. Se quedaron todas muy quietas. La emoción las embargaba. Era el principio de una gran viaje. 


Texto: Pepe Fuertes (@pepefuertes)
Ilustración: Teresa Cebrián (@cebrianstudio

Más cuentos en: www.senorocre.com

No hay comentarios: