17.11.11

Magia Nocturna



Cuando se habla de la hora mágica se piensa en la medianoche. Los relojes suenan doce veces y marcan la frontera entre el final de un día y el comienzo del siguiente. Pero eso no es verdad. Al menos, no del todo. Todas los instantes son mágicos y sólo depende de lo que quieras conseguir para elegir uno u otro.

Por ejemplo, pasados treinta y siete silencios de las tres de la madrugada de una fría noche de invierno es el momento adecuado para despertarte, mirar el reloj y volver a meterse debajo de las mantas, las sábanas y los nórdicos de la cama, mientras piensas que aún puedes dormir un ratito más. Ese es un momento de auténtica felicidad.

Texto: Pepe Fuertes (@pepefuertes)
Ilustración: Teresa Cebrián (@cebrianstudio

2 comentarios:

Oyros dijo...

Qué a gusto está durmiendo :)

Micaela dijo...

Está tan agustito que me da dormirá de un tirón, feliz, acompañado de su mascota.